El carril es la vía por donde circula el tren. Es una estructura clave en el sistema ferroviario, ya que proporciona la plataforma para llevar a cabo el transporte de mercancías y pasajeros de manera segura y eficiente.
Los carriles están compuestos por rieles de acero que se colocan paralelamente a lo largo de la vía. Estos rieles permiten que el tren se desplace con suavidad, reduciendo la fricción y facilitando el movimiento. Además, los carriles proporcionan estabilidad a los vagones y al tren en general, permitiendo una conducción segura y controlada.
El mantenimiento y cuidado de los carriles es esencial para garantizar un transporte ferroviario confiable y sin contratiempos. El desgaste del acero, las inclemencias del tiempo y el impacto del paso de los trenes pueden afectar la integridad de los carriles, por lo que es necesario llevar a cabo inspecciones y reparaciones periódicas.
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