Una molécula ionizada es aquella que tiene sus átomos disociados. Esto significa que los átomos de la molécula han perdido o ganado electrones, lo que produce la formación de iones. Estos iones, a su vez, pueden ser cargados positiva o negativamente, dependiendo si perdieron o ganaron electrones respectivamente.
La ionización de una molécula puede ocurrir de diferentes formas. Puede ser resultado de reacciones químicas, exposición a radiación o incluso en presencia de ciertos solventes. Al perder o ganar electrones, los átomos adquieren una carga eléctrica, lo que les confiere propiedades distintas a los átomos neutros.
Los iones formados por la ionización de una molécula pueden interaccionar con otras moléculas de manera diferente a como lo harían los átomos neutros. Esto tiene implicancias en diferentes áreas de la ciencia, incluyendo la química, la física y la biología. La ionización de moléculas también puede ser aprovechada en aplicaciones tecnológicas, como en la generación de corriente eléctrica en baterías o en la aceleración de partículas en aceleradores de partículas.
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