El pólipo es un tumor benigno que se desarrolla en una mucosa, como por ejemplo, en el recubrimiento interno del intestino grueso, estómago, útero, nariz o colon. Estas lesiones suelen tener forma de protuberancia o bulto, y pueden variar en tamaño desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros. Aunque la mayoría de los pólipos no causan síntomas, algunos pueden sangrar, causar dolor abdominal o cambios en los patrones de evacuación intestinal.
Existen diferentes tipos de pólipos, incluyendo los adenomatosos, los hiperplásicos, los juveniles y los inflamatorios. Los pólipos adenomatosos son los más comunes y tienen un mayor potencial de convertirse en cáncer si no son tratados adecuadamente. Por esta razón, es importante realizar exámenes de detección temprana y seguimiento regularmente para detectar y remover pólipos antes de que se vuelvan malignos.
El diagnóstico de los pólipos suele realizarse mediante colonoscopia u otros procedimientos endoscópicos. Una vez detectados, los pólipos pueden ser extirpados mediante cirugía o mediante técnicas menos invasivas como la polipectomía endoscópica.
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