El adiposo es un tipo de tejido que se encarga del almacenamiento de la grasa en el cuerpo humano. Su principal función es la de almacenar energía en forma de triglicéridos y liberarla cuando se necesite. Además, el tejido adiposo también tiene un papel importante en la regulación hormonal y en la producción de ciertas sustancias químicas que influyen en el metabolismo.
Existen dos tipos principales de tejido adiposo: el blanco y el pardo. El tejido adiposo blanco es el más común y se encuentra en distintas partes del cuerpo, como el abdomen, las caderas y los muslos. Su principal función es la de almacenar grasa. Por otro lado, el tejido adiposo pardo se encuentra principalmente en las áreas del cuello y la espalda, y su principal función es la de generar calor corporal a través de la quema de grasa.
Además de su función de almacenamiento de grasa, el tejido adiposo también cumple un papel importante en el mantenimiento de la temperatura corporal, en la protección de órganos vitales y en la producción de ciertas hormonas. Sin embargo, un exceso de tejido adiposo puede llevar a la obesidad y aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
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