Congelar es el proceso de solidificar un líquido a bajas temperaturas, generalmente por debajo de su punto de congelación. Durante este proceso, las moléculas del líquido se agrupan para formar una estructura sólida, lo que resulta en un cambio de estado. Al congelar un líquido, se reduce su temperatura hasta alcanzar un punto en el que las moléculas ya no pueden moverse libremente y se organizan en una forma más ordenada. Este proceso es utilizado comúnmente para preservar alimentos y prolongar su vida útil, ya que la congelación detiene el crecimiento de microorganismos y enzimas. Además, la congelación también se emplea en la industria de helados y postres congelados, así como en la conservación de muestras biológicas y medicamentos sensibles al calor. Es importante tener en cuenta que no todos los líquidos se pueden congelar fácilmente, ya que algunos pueden formar estructuras cristalinas indeseables o pueden expandirse al solidificarse, lo que podría causar daño.
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