La depresión es un término utilizado en geología para describir una zona deprimida en la superficie terrestre. También conocida como depresión topográfica o cuenca, esta formación geológica se caracteriza por estar situada a un nivel más bajo que las áreas circundantes. Las depresiones pueden formarse por una variedad de procesos geológicos, como la tectónica de placas, la erosión o el colapso del terreno.
Estas zonas bajas suelen estar rodeadas por montañas o cadenas de colinas más altas, y pueden contener ríos, lagos o pantanos. Las depresiones son importantes para los ecosistemas, ya que pueden actuar como áreas de recolección y almacenamiento de agua, así como proporcionar hábitats únicos para la flora y fauna.
En términos geológicos, las depresiones suelen ser áreas de subsidencia o hundimiento de la corteza terrestre. Estas deformaciones pueden ser causadas por la colisión de placas tectónicas, la acción de los agentes erosivos o por procesos internos del planeta. Las depresiones también pueden ser el resultado de la actividad volcánica, donde el colapso de las cámaras magmáticas crea una superficie deprimida.
Por lo tanto las depresiones son formaciones geológicas que se encuentran en áreas bajas de la superficie terrestre. Estas zonas pueden ser el resultado de diversos procesos geológicos y son de gran importancia tanto para los ecosistemas como para los estudios geológicos.
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