La demora, también conocida como retraso o tardanza, es una situación en la cual una acción, evento o proceso no ocurre o se lleva a cabo en el tiempo esperado o planificado. La demora puede ser causada por diversos factores, como problemas técnicos, falta de recursos, decisiones de último momento, condiciones climáticas adversas o simplemente falta de organización y planificación adecuada.
Es importante tener en cuenta que la demora puede tener consecuencias negativas, ya que puede afectar la productividad, generar descontento e insatisfacción en los clientes y afectar la reputación de una empresa o servicio. Por otro lado, también puede generar estrés y frustración en las personas involucradas.
Para evitar o minimizar la demora, es necesario llevar a cabo una adecuada planificación, establecer plazos realistas, asignar los recursos necesarios y contar con un sistema de seguimiento y control. Además, es importante ser proactivo y tomar acciones inmediatas para evitar que una demora se convierta en un problema mayor.
Por lo tanto la demora es una situación común en diversos contextos y puede tener consecuencias negativas. Sin embargo, con una adecuada planificación y gestión, es posible minimizar y resolver este tipo de situaciones.
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