La demora, también conocida como retraso o dilación, se refiere a la acción de detener, posponer o prolongar algo más allá del tiempo esperado o necesario. Puede afectar tanto a actividades cotidianas como a proyectos complejos. La demora puede ser causada por diversos factores, como la falta de organización, imprevistos o decisiones tomadas tarde.
Este fenómeno puede tener consecuencias negativas, como la pérdida de tiempo y recursos, el incumplimiento de plazos y la insatisfacción de las personas involucradas. Por lo tanto, es importante identificar las causas de la demora y tomar medidas para evitarla o reducirla.
Existen diferentes estrategias para minimizar la demora, como establecer plazos realistas, priorizar tareas, delegar responsabilidades y utilizar herramientas de gestión del tiempo. La planificación adecuada y la comunicación efectiva son fundamentales para evitar retrasos innecesarios.
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