La celada es una pieza de la armadura que se utiliza para proteger la cabeza. Esta parte del equipo de protección cubría por completo la cabeza, dejando solo aberturas para los ojos y la boca. La celada estaba hecha de metal robusto y resistente, como el acero, para brindar la máxima protección contra los golpes y las flechas enemigas.
Además de su función principal de protección, la celada también tenía un componente estético importante. Muchas veces se adornaba con grabados y detalles elaborados para mostrar el estatus y la riqueza del portador. El diseño de la celada también variaba según el período histórico y la región geográfica.
En la batalla, la celada permitía al guerrero tener una visión clara de sus enemigos mientras mantenía su cabeza protegida. Aunque era una pieza esencial de la armadura, también podía resultar incómoda y limitada en términos de movilidad. Por esta razón, a lo largo del tiempo, la celada fue evolucionando y adaptándose para ofrecer mayor comodidad sin comprometer la seguridad del combatiente.
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