Una persona patosa es aquella que tiende a tropzarse y darse golpes con frecuencia. Esta característica puede ser el resultado de una falta de coordinación motora, debilidad muscular o simplemente de una distracción constante. Las personas patosas suelen incitar a la risa de quienes las rodean, ya que sus caídas y golpes suelen ser torpes y poco gráciles.
Es importante tener en cuenta que ser patoso no implica necesariamente tener una enfermedad o discapacidad física. De hecho, muchas personas patosas son perfectamente saludables y solo experimentan estos incidentes de vez en cuando.
Para algunas personas, ser patoso puede ser un inconveniente en su vida diaria. Pueden tener dificultades para realizar ciertas actividades físicas o deportivas, y pueden sentirse avergonzadas por su falta de habilidad para mantener el equilibrio o evitar accidentes.
A pesar de las dificultades que puede traer consigo ser patoso, es importante recordar que todos tenemos nuestras peculiaridades y nadie es perfecto. Es importante tener paciencia con las personas patosas y ofrecerles apoyo cuando sea necesario, ya que pueden necesitar una mano amiga para levantarse después de un tropiezo.
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