La litósfera, también conocida como la parte sólida de la Tierra, es una de las capas más externas del planeta. Constituye la superficie terrestre y está compuesta por la corteza y la parte superior del manto. La litósfera se compone de placas tectónicas que se desplazan lentamente, creando los movimientos y cambios en la superficie terrestre, como la formación de montañas y la aparición de volcanes y terremotos.
La corteza continental y oceánica constituyen la litósfera. La corteza continental es más gruesa y está formada principalmente por rocas ígneas, metamórficas y sedimentarias. La corteza oceánica es más delgada y está compuesta principalmente por basalto. Estas dos partes de la litósfera se encuentran en constante interacción a lo largo de las fronteras de las placas tectónicas.
La litósfera es fundamental para la vida en la Tierra, ya que es la capa en la que se encuentran los continentes, los océanos y los ecosistemas terrestres. También es importante desde el punto de vista geológico, ya que guarda evidencia del pasado de nuestro planeta y de los procesos que han dado forma a su superficie a lo largo de millones de años.
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