Los entrantes, también conocidos como aperitivos o antipastos, son los platos que se sirven al comienzo de una comida para abrir el apetito y dar la bienvenida a los comensales. Estos platos suelen ser ligeros y frescos, con sabores aromáticos y texturas delicadas.
Los entrantes pueden ser fríos o calientes, y hay una amplia variedad de opciones para elegir. Algunos ejemplos comunes de entrantes fríos son las ensaladas, las sopas frías, los pulpos a la gallega o los ahumados. Mientras que los entrantes calientes pueden incluir croquetas, empanadas, tempura, o incluso platos de mariscos.
La presentación de los entrantes es muy importante, ya que el aspecto visual puede aumentar el apetito. Muchas veces se sirven en pequeñas porciones o en platos individuales, y se decoran con ingredientes frescos como hierbas, semillas o salsas coloridas.
Los entrantes son una excelente manera de comenzar una comida, ya que estimulan el paladar y preparan al comensal para el plato principal. Además, ofrecen una oportunidad perfecta para probar nuevos sabores y mezclas de ingredientes.
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