La cordura, siendo lo opuesto a la locura, es un estado mental caracterizado por la sanidad y la capacidad de razonar de manera lógica y equilibrada. Una persona cuerda es capaz de tomar decisiones conscientes y sensatas, siendo consciente de las consecuencias de sus acciones.
La cordura implica tener un buen juicio y actuar de manera coherente con la realidad, evitando la impulsividad y los comportamientos irracionales. Además, implica una buena gestión de las emociones, permitiendo mantener la calma y manejar adecuadamente las situaciones difíciles.
La cordura es esencial en la vida cotidiana, ya que nos permite relacionarnos de forma adecuada con los demás y tomar decisiones acertadas en diferentes aspectos de nuestra vida, como el trabajo, las relaciones personales y la salud mental.
Es importante destacar que la cordura no implica la ausencia absoluta de emociones o el rechazo a la expresión de sentimientos, sino más bien se trata de manejarlos de forma saludable y equilibrada.
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