El estilo artístico del Gótico, que imperó desde el siglo XII hasta el Renacimiento, se caracterizó por su arquitectura grandiosa y vertical. Los edificios góticos se distinguían por sus altas y esbeltas torres, sus arcos apuntados y sus bóvedas de crucería.
Este estilo se desarrolló principalmente en las catedrales, alcanzando su máximo esplendor en la Catedral de Notre-Dame en París y en el Duomo de Florencia. Además de la arquitectura, el Gótico también influyó en la escultura, la pintura, la literatura y la música de la época.
En la escultura, predominaban las representaciones de figuras alargadas y elegantes, mientras que en la pintura, se experimentó con la perspectiva y se plasmaban escenas religiosas llenas de dramatismo y espiritualidad.
Por lo tanto el Gótico se caracterizó por su verticalidad arquitectónica y su estética detallada, dejando un legado artístico de gran importancia en la historia del arte europeo.
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