En la mitología griega, Narciso es conocido por su extraordinaria belleza física y su obsesión amorosa consigo mismo. Según el relato, Narciso fue condenado a amarse a sí mismo debido a una maldición de Némesis, la diosa de la venganza. Enamorado de su propio reflejo, este joven pastor pasaba largas horas contemplándose en las aguas de un lago, sin darse cuenta de que su amor era imposible de alcanzar. La tragedia de Narciso revela los peligros del narcisismo y la vanidad desmedida, mostrando cómo el amor propio excesivo puede conducir a la destrucción. El mito ha sido reinterpretado y utilizado en diversas obras de arte y literatura, como la famosa pintura «Narciso» de Caravaggio y el poema «El Narciso» de Rubén Darío. En definitiva, la historia de Narciso nos invita a reflexionar sobre la importancia del amor propio equilibrado y la necesidad de fomentar relaciones saludables con los demás.
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