El bronquio es un conducto crucial en el sistema respiratorio que lleva el aire a los pulmones. Es una estructura tubular que se ramifica desde la tráquea, dividiéndose en bronquios principales y luego en bronquiolos más pequeños. Los bronquios están revestidos por un tejido mucoso y están rodeados de músculo liso, lo que les permite expandirse y contraerse para regular el flujo de aire.
Los bronquios son responsables de transportar el aire inspirado desde la tráquea hasta los pulmones. A medida que se ramifican, se distribuyen a través de los pulmones en una estructura similar a un árbol invertido, llevando el aire a los alvéolos pulmonares, donde se produce el intercambio gaseoso. Cada bronquio se divide en bronquiolos, que a su vez se dividen en conductos alveolares y luego en alvéolos pulmonares individualmente.
Los bronquios son esenciales para asegurar un adecuado suministro de oxígeno a los pulmones y permitir la eliminación de dióxido de carbono mediante la exhalación. La obstrucción o inflamación de los bronquios puede provocar dificultad para respirar, como en el caso de enfermedades como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). El mantenimiento de la salud de los bronquios es vital para un funcionamiento respiratorio óptimo.
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