Comer alimentos rancios es peligroso para la salud. Cuando los alimentos se vuelven rancios, experimentan un proceso de oxidación en el que los lípidos presentes en ellos se descomponen, lo que produce la liberación de radicales libres y compuestos tóxicos. Estos compuestos pueden causar daño en el organismo y aumentar el riesgo de enfermedades como la intoxicación alimentaria y la salmonelosis.
Es importante evitar el consumo de alimentos que presenten signos de deterioro, como mal olor, sabor agrio o moho. Estos síntomas indican que los alimentos están en estado de descomposición y podrían contener bacterias y toxinas dañinas.
Para prevenir problemas de salud causados por alimentos rancios, es necesario seguir buenas prácticas de higiene alimentaria, como almacenar los alimentos adecuadamente, evitar la contaminación cruzada y consumir los alimentos dentro de su fecha de caducidad.
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