Sellar es un proceso mediante el cual se cierra herméticamente algo para evitar que se pueda abrir. Este acto se utiliza comúnmente para preservar la frescura y la calidad de alimentos perecederos como frutas, verduras y productos lácteos, así como para proteger objetos y documentos de la humedad, el polvo y otros agentes externos.
El sello puede realizarse de diversas formas, utilizando diferentes materiales como plástico, papel, cera, lacre o adhesivos especiales. La efectividad del sellado depende en gran medida de la calidad de los materiales y de la técnica utilizada. Es importante asegurar un cierre hermético para evitar la entrada de aire, agua u otros elementos que puedan comprometer la calidad o la integridad del contenido sellado.
El sellado puede ser permanente o temporal, dependiendo de la finalidad y el contexto en el que se utilice. Por ejemplo, los alimentos envasados al vacío se sellan de forma permanente para prolongar su vida útil, mientras que los paquetes de alimentos que se abren y cierran con frecuencia suelen sellarse temporalmente con cierres reutilizables.
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