La arritmia es una alteración en la frecuencia cardíaca que puede presentarse en personas de todas las edades. Se caracteriza por latidos irregulares, ya sea muy rápidos (taquicardia) o muy lentos (bradicardia).
Existen diferentes tipos de arritmias, como la fibrilación auricular, la taquicardia ventricular y el bloqueo cardíaco. Estas pueden ser causadas por diversas condiciones, como enfermedades del corazón, hipertensión arterial, consumo de sustancias estimulantes, estrés y ansiedad, entre otras.
Los síntomas de la arritmia pueden variar desde palpitaciones y mareos hasta desmayos y dificultad para respirar. Es importante buscar atención médica si se experimentan estos síntomas o si se tienen antecedentes familiares de enfermedades cardíacas.
El diagnóstico de la arritmia se realiza a través de pruebas como el electrocardiograma, la holter y el monitoreo cardíaco. El tratamiento puede incluir medicamentos, cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, procedimientos como la ablación o la colocación de un marcapasos.
Es fundamental mantener un estilo de vida saludable para prevenir o controlar la arritmia, como tener una dieta equilibrada, realizar ejercicio regularmente, no fumar y controlar el estrés. En caso de presentar síntomas, es importante buscar atención médica para recibir el tratamiento adecuado y reducir el riesgo de complicaciones.
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