El agua potable es aquella que se puede beber y está libre de contaminantes y microorganismos dañinos. Es esencial para nuestra salud y bienestar, ya que el agua potable adecuada asegura que nuestro cuerpo funcione correctamente. Además de beberla, el agua potable se utiliza para cocinar, limpiar y mantener la higiene personal.
Para garantizar que el agua sea potable, se somete a procesos de tratamiento y purificación. Estos procesos incluyen la eliminación de impurezas, la desinfección y el control de los niveles de sustancias químicas. Los organismos encargados de regular la calidad del agua realizan análisis periódicos para asegurar que cumpla con los estándares de potabilidad.
Es importante destacar que no todo el agua disponible es potable. El agua de ríos, lagos y pozos puede contener bacterias, virus y metales pesados que la vuelven no apta para el consumo. Por eso, es esencial tener acceso a fuentes confiables de agua potable o utilizar sistemas de purificación.
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